Somos Ojalá

No es fácil ponerle nombre a las cosas, sobre todo a una entidad sin historia. Cuando formamos este equipo no teníamos identidad, no existían sentimientos porque no nos conocíamos. Éramos el grupo 4 y teníamos un proyecto que nos conectaba a todos. Había entusiasmo. Nos reunimos para conocernos, para compartir nuestros deseos, nuestros proyectos y ver con que palabras nos identificábamos. Un brainstorming para soltar lo que nos pasaba por la cabeza; sentimientos, miedos, deseos. Cada miembro del grupo propuso ideas de nombre: Efecto Pigmalión, Technicolor, Apeiron, Astrolabio…

Tras varias propuestas de nombre decidimos quedarnos con “ojalá”. Al decantarse, era el nombre que tenía más futuro, como nosotros. Ojalá tiene que ver con la proyección hacia el futuro y el deseo de que algo suceda; nuestro proyecto. El futuro era lo que nos conectaba. Esta semántica demuestra esperanza y deseo ante la realización de algo. Un nombre que define perfectamente un equipo lleno de ilusiones con proyecciones hacia el futuro.

Durante el año fuimos enfrentándonos a ciertos obstáculos, cambio de institución, oposición de ideas, problemas de comunicación. A pesar de estas inconveniencias logramos seguir adelante porque, como nos define nuestro nombre, teníamos esperanza.

Terminando el master, la palabra “ojalá” da que la cosa continua, OJALÁ tiene futuro…